jueves, 30 de abril de 2020

Mi letra me dice cómo me siento.

La primera vez que vi a mi actual psicóloga me recomendó que escribiera un diario, que dejara plasmado en él mis miedos, que los ordenara e intentara llegar al origen para poder solucionarlos con pequeñas tareas. Pero sobretodo me dijo que escribiera, al fin y al cabo el diaro va a ser mío, ¿quién mejor que yo para saber qué poner en él?

Reconozco que no le he hecho mucho caso y que soy muy inconstante a la hora de sentarme a escribir, supongo que también porque muchas veces no sé qué poner, ¿a quién le iba a interesar? Ni que yo fuese tan importante como para necesitar una especie de registro de mi vida. Empezar este blog es una manera de enfrentarme justo a eso, y me gustaría comentaros una anécdota en la que me he fijado cuando escribo en mi diario.

Siempre lo hago de la misma manera: con un boli bic color negro y con la fecha en la esquina superior derecha. Da igual que hayan pasado 4 meses desde la última vez, siempre escribo así; pero he notado que hay una pequeña diferencia. ¿Conocéis el término grafología? Es una pseudociencia según la cual tu manera de escribir determina tu personalidad. Yo no creo en eso, pero sí que a veces nuestra forma de escribir, nuestra ropa o la música que escuchamos son una forma de expresarnos incluso a un nivel inconsciente. Aunque nos parezca trivial, es en estas pequeñas cosas donde nos mostramos tal y como somos, al menos cuando es algo cotidiano y no una acción premeditada. Por ejemplo he notado que, cuando siento ansiedad, uso colores grises al vestir, y no lo hago para decir al mundo que estoy triste o melancólica, ni siquiera me di cuenta hasta que un día  vi todo el montón de ropa gris que tenía en el armario y sentí la necesidad de donar casi todo mi vestuario y comprar toda la ropa de color posible. Y es esta conciencia de cómo me expreso sin saberlo lo que me lleva de vuelta al diario, porque si algo me ha quedado claro estos días, es que mi letra dice aún más de mi que mis palabras.


Mira qué cuqui es, siempre recibiéndome con una sonrisa.

He notado que mi letra, a pesar de tener la misma caligrafía en cada entrada, cambia según cómo me encuentre. Escribir las primeras páginas era como hacer los deberes, no había una implicación emocional todavía, o  era muy sutil. Quería que fuese un cuaderno pequeño, bonito y nuevo porque sabía que debía de establecer una conexión con él, pero no había llegado aún a ella cuando empecé a escribir, y por eso mi letra es impoluta, los párrafos están estructurados, incluso me preocupaba por no cometer errores de redacción como repeticiones o verbos mal conjugados. Decidí escribir mi lista de miedos en otro color para distinguirlos de la narrativa (es casi el único color distinto que hay en todo el diario), y está todo ordenado y curioso. No es porque lo haya escrito yo, pero me quedó precioso, da gusto verlo.

La cosa cambia cuando el tiempo pasa, cuando me encariño más con el diario y también cuando mi salud mental se resiente. Aquí mi letra se vuelve más grande e irregular, deja de preocuparme la manera en la que escribo, sólo necesito quitarme de la cabeza pensamientos que me hacen daño, hay páginas pegadas, páginas en castellano o en inglés y todo se vuelve mucho más sucio y desordenado, pero también más real. El cuaderno ha dejado de ser un objeto en el que escribir porque alguien me lo ha mandado, se ha vuelto un lugar que yo necesito para poner en palabras cosas que me ocurren, ya sea en mi cabeza o fuera de ella. Es una herramiento para que el puñal que a veces se clava en mi pecho no se retuerza tanto, para que los oídos dejan de zumbar... Es un espacio donde puedo ser yo. Y no soy perfecta, ni impoluta: soy cambiante. A veces estoy feliz y escribo tan bonito que dan ganas de enseñarlo a todo el mundo, y en otras ocasiones estoy tan abrumada que me tiembla la mano y lo emborrono todo. ¿Cómo no va a cambiar la letra? ¿Cómo no va a afectar nuestra situación a la ropa que usamos, o incluso al ejercicio que hagamos o la comida que ingerimos?¿Cómo no va a afectar a nuestras metas, nuestros sueños, nuestros temores o nuestra relación con los demás? Todo ello forma parte de quienes somos, y nuestra identidad depende de nuestro estado de ánimo. 

¿Sabéis qué es curioso? Que aunque me sepa la teoría de toda la parrafada que os acabo de soltar de memoria, aún me cuesta creérmelo. El otro día vi un video de una chica que anotaba ideas en su libreta para marcarse objetivos, y me escandalicé porque no lo hacía siguiendo un orden, lo anotaba de cualquier manera, torcido, desperdigado. ¿¡Cómo se atreve a hacer semejante cosa!? ¡No hacía una lista siguiendo una estructura esquematizada de objetivos y prioridades! ¿Nos hemos vuelto majaras? Una parte de mi muy grande pero tímida me dice que tengo que liberarme y perder el control, que me hará más libre y feliz, que mi letra caótica hace un cuaderno más hermoso, pero siempre aparece otra más pequeña pero con mucha más autoridad que me dice que me caye y que ese color de bolígrafo no da uniformidad a la página y que cómo se me ocurre utilizarlo. Y ahí las tengo a las dos, luchando entre ellas. No os voy a engañar, suele ganar la mandona.

No sé a dónde quiero llegar con esto, o si quiero llegar a algo, pero si hay una cosa que me está enseñando mi diario es que no soy perfecta, y eso me hace aún mejor. Así que hacedle caso a vuestra letra, que seguro que es más sabia que vosotres.

13 comentarios

  1. ¡Hola! Si algún día encuentras la perfección dime como se llega porfa que yo no la he visto ni en pintura. Ojalá todos pudiéramos alcanzar ese estado de no conflicto. Pero la cosa es pelearse con uno mismo ¿verdad? Lo peor, que siempre ganas y pierdes tú. A escribir se ha dicho, a sacar palabras de dentro, a emborronar y hace falta y ponerse muchos colores encima.
    ¡Un abrazo!

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    1. Todavía no he dado con la clave de la perfección, pero no será por no intentarlo.
      ¡Un abrazo virtual! A ver si llega el abrazo en persona, que ya es hora.

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  2. ¡Hola! Primero de todo, jo, qué bonito te expresas, además de que durante toda la entrada se pueden ver perfectamente las emociones que te hace sentir el hecho de escribir en el diario y cómo reflejas esa pelea interna entre la parte perfeccionista y la que se quiere dejar llevar, entiendo que sea algo complicado aceptar a la mandona pero, aunque sea la que gane siempre actualmente, el hecho de que esa "lucha" siga adelante significa que en algún momento también ganará la caótica y, quizás, en algún momento ninguna de las dos acabe por ganar, si no que acabarás siendo tú la que decidas un día si quieres escribir en tu diario (o en la vida) de manera organizada o dejarte llevar, y al día siguiente hacer lo contrario sin que te haga sentir mal el método del anterior.

    Te mando muchísimo ánimo y un abrazo muy grande :)

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    1. ¡Muchísimas gracias! Me ha encantado tu comentario. Sí, ahí siguen esas dos peleando, pero ahora estoy intentando un truquito nuevo para que gane la parte tímida, espero que funcione :)
      ¡Un besazo!

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  3. Creo que este blog, deberías copiarlo en tu propio diario. Me parece que será un ejercicio muy interesante que te aportaría luz tanto a ti como a tu psicóloga. Me ha encantado leerte, de verdad y por eso te lo digo. Creo que estamos en una sociedad en que se confunde a menudo el ser sincero y honesto con hacerlo a cualquier precio, y tú aquí te desnudas con el único fin de salir a flote, no persigues hundir a nadie. Me parece una labor maravillosa y un camino de aprendizaje que todos necesitamos hacer en algún momento de nuestras vidas.

    Por cierto, me choca cuando señalas que la idea del diario no te convencía porque no consideras relevante tu vida. No ha de ser interesante a otros, sino a ti. Tú eres la protagonista indiscutible de tu vida, para bien o para mal.

    En cuanto a lo que indicas sobre tu meticulosidad... Yo no podría. Tuve diario por muchos años, pero no escribía de manera constante en él, y desde luego no era tan ordenada. Ahora tampoco lo soy. Supongo que te parecerá una aberración pero uso mi agenda del 2019 para organizar las ideas de los escritos que voy creando. Otras veces, me viene la idea y pillo cualquier papel que tenga a mano y la anoto allí (tickets de compra, servilletas de papel, cuando hay suerte la escribo en Google Keeps y la retomo cuando lo precise.

    Con esto no quiero decir que haya métodos mejores o peores, sino que hemos de tratar de ser más tolerantes y flexibles (algo que a mí me cuesta horrores). Es más te diré que el principal motivo de que apenas salga a la calle, en esta fase de la desescalada, además de mi dichosa ciática, es el cabreo que me he pillado cada vez que he salido y he visto que la gente no respeta ni la distancia de seguridad mínima, ni lleva mascarilla o que la lleva de adorno... Vuelvo tan alterada, porque no puedo llamar la atención a todos ellos que eso me crea hasta stress.

    Supongo que es difícil encontrar el equilibrio. Y que primero hemos de mirar en el interior de nosotros mismos, y después valorar lo que hacen los demás. Y esto alude también a lo de ser flexibles, claro.

    En fin, perdón por la chapa.

    Un abrazo enorme y muuuuuuuuucho ánimo.

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  4. Me ha encantado tu comentario, no sé ni cómo darte las gracias.

    Voy a intentar contestarte a todo, espero no dejarme nada.

    Lo que hice, en lugar de copiar la entrada, fue contarle a mi diario que la he escrito, como si lo hiciera a mi amigo (al fin y al cabo lo es) y le he dado permiso a mi psicóloga para entrar en esta página, así que lo leerá ella misma :)

    Lo de no parecer relevante sí que me ha pasado. De hecho durante muchísimo tiempo no quise empezar un diario, porque las pocas veces que lo hice no me gustó nada leerme, me sentía fatal y pensaba que no podía aportar nada. Y soy consciente del absurdo de preocuparme por lo que pensarán otros por algo que es para ti (no debería pasarme nunca, pero bueno). Por eso en parte también he decidido abrir este blog, para demostrarme a mi misma que de eso nada, que todos tenemos cosas que decir y que siempre habrá alguien dispuesto a leerlo (así que muchas gracias por hacerlo).

    Conociéndome seguro que tu agenda me encanta, todo ese conflicto del desorden lo tengo conmigo misma. Cuando veo algo distinto me suele chocar al principio pero me encanta igualmente. Y tienes toda la razón del mundo, cada uno encuentra su propio método.

    En cuanto a lo de salir a la calle no veas cómo te entiendo. Mi último ataque de ansiedad fue precisamente por eso; tuve que salir al hospital y nadie respetaba las normas y me puse super nerviosa (y llevar la mascarilla no ayuda a reducir el estrés).

    De nuevo mil gracias por leerme y por tu comentario.

    ¡Un abrazo!

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  5. hola,
    hace ya veinte años (tengo 48) tuve un problema muy gordo, y es que me separe de mi ex y trajo un monton de movidas.
    A mi nadie me aconsejo que escribiera un diario porque en ese momento no podia ir a ver a un sicologo, pero me lo recomendo mi hermana... y me vino genial.
    Estuve escribiendolo hasta el 2004. Pase de escribir todos los dias, a ir intercalandolos, luego escribia sobre una semana sobre un mes... hasta que un dia me di cuenta que ya no me hacia falta. Es cierto que depende del dia y de como estaba cambiaba la forma de mi letra, o la presion en el papel. La verdad es que me vino genial, y siempre se lo he recomendado a todo el mundo.
    Besotesssssssssssss
    #Fase1

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    1. Hola Serena, la verdad es que el diario viene super bien, aunque a priori no lo parezca.
      ¡Un besazo!

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  6. Hola Arantxa, yo no soy mucho de diarios, no tengo mucha constancia con eso, la verdad. En mi caso, mi psicóloga me dijo que apuntara cada uno de mis pensamientos negativos y fuera analizándolos uno a uno. ¡Un beso! :)

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    1. Eso que me comentas me lo recomendó un psicólogo que vi antes que la actual, pero no me venía muy bien para el problema que yo tenía en ese momento. No obstante todavía lo hago de vez en cuando, viene bien para ver tus problemas de manera externa y ser más racional.
      ¡Un abrazo!

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  7. Buenas, me ha gustado mucho lo que has escrito, me he sentido identificada en cosas que has mencionado, a mi un amigo también me propuso que escribiera lo que me pasara, y lo hice un par de veces, pero siempre me ponía escusas para no hacerlo, prefería que se quedara todo en mi cabeza. Pero la vez es que las veces que lo hacía luego al día siguiente era como si me hubiera sacado un peso de encima. Creo que una de las excusas que siempre me pongo para escribirlo, es que he decidido hacerlo en mi portatil, y no siempre lo tengo a mano, quizá la opción de un diario escrito a mano podría resultar mejor.
    Me encanta ver como te has dado cuentas de muchas cosas de ti misma que antes tu no habías notado, yo hay cosas que al leerte e visto que hago igual. Pero me gustaría poder conocer más cuales serían mis motivos para hacer determinadas cosas.
    Me gustará poder seguir leyendo lo que quieras compartir con nosotres.
    Besos.

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    1. ¡Hola, Paloma! Yo durante mucho tiempo también me puse excusas para no escribir un diario. En realidad me puse muchas excusas para no escribir y punto, pero la verdad es que ayuda a enfrentarte a tus miedos y a verte un poco a ti misma, aunque dé mucho vértigo hacerlo.
      Muchas gracias por tu comentario.
      Un abrazo.

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  8. Hola!!!!!!!!!!
    Sí, siempre me ha gustado en los buenos thriller, ver como diferencias unas letras de otras, y así descubrir el asesino…y si, la letra cambia.igual q cambiamos todos…te lo digo pq tuve mi diario en mi época adolescente y era como yo, una locura, no llevaba un ritmo, ni en el diario en sí, ni con la letra y sin ningun propósito para él, sin reglas, lo cogía cuando me apetecía
    …pero ahí seguía, hasta que me case, y de escribir diariamente lo fui espaciando…hasta dejarlo…Pero no, nunca lo saqué a la luz, es como si me desnudara ante los demás…mis pensamientos, mis locuras, mis imperfecciones, como todo ser humano, como tu. De tontería nada, me encantó leerte…..me hiciste tener añoranza por ese diario. Sigue así y cuidate
    Un besito

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